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Bosque de Nombres. 

GLENDA SALAZAR

Glenda Salazar (Cuba), en Bosque de Nombres (2022), acción de arte realizada en un espacio natural en Cuba, la artista establece un diálogo con la naturaleza que la rodea, en un gesto de respeto, pero también de empatía y gozo. Como en un juego con la naturaleza, la artista va generando un proceso que se torna en un recordatorio histórico de la pérdida de la natura local, que Cuba ha vivido por la colonización. 
Esta acción de arte opera como un mecanismo de mimesis y empatía con las especies locales que a las que la artista accede, en algunos casos dándole las “gracias”, marcando esta palabra en el cuerpo de la fruta.
El gesto de plantar especies arbóreas locales en esta acción de arte, se torna aquí en una devolución real a la naturaleza y una ofrenda a ella, en un gesto a todas luces decolonial.

Bosque de Nombres.
Acción de Arte: instalación y vídeo registro.
2022.

 

BIO

Glenda Salazar.  Cuba.  promotora del ‘arte natura’ en Cuba. En este subgénero del arte conceptual la artista utiliza recursos en la naturaleza para poder crear la obra.
Trabaja en lugares remotos del país con piedras, hojas y el entorno natural 
Las series de Glenda Salazar Leyva son variadas y no poseen limitaciones de estilo ni de formato. Con plenitud llegan a subrayar la importancia de varios temas: la preservación del medio ambiente y los recursos naturales, el respeto por el planeta y nuestra compleja relación como seres humanos con la naturaleza.

A pesar de que las obras varían en términos estéticos, mantienen algo en común, todas las obras se producen por medio de elementos naturales y todas las obras son efímeras igual que la vida de los mismos elementos con los cuales son producidos.

Sus obras recalcan la importancia de la biodiversidad de su Cuba natal. Por eso se dio a la tarea de encontrar un punto medio donde la influencia del trabajo en la naturaleza se pudiera reflejar en instalaciones atípicas mejores conocidas como ‘intervenciones guerrillas’.

Para Salazar, despertar la consciencia ecológica es un hilo conductor en todas sus piezas. Su obra en procesos más reciente, como en ‘Línea Negra’, abarca con profundidad la crisis ambiental que produjo el residuo petrolero tras la explosión de unas tuberías en la zona de Bacunayagua al norte de la Isla que dañaron el río y los manantiales de agua. La artista, por medio de un proyecto colectivo de reforestación rehabilita el área en conjunto a sus residentes.

También creó estatuillas que servirán de pisa papeles hechos con la arena contaminada para regalárselas a los trabajadores de la compañía petrolera. Su meta es simple, “generar un espejo de un organismo que funciona perfectamente que refleje las estructuras que deben funcionar, pero por ‘x’ o por ‘y’ sencillamente, no funcionan,” explica Salazar.

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